Conductas disruptivas

Las conductas disruptivas son aquellas que resultan perturbadoras o agresivas, de mala educación, insolentes, desobedientes e incluso agresivas, ya sea en el aula, en casa o fuera. En la primera fase del tratamiento hay que aclarar hasta qué punto la conducta disruptiva es un problema del adolescente, y en qué medida el problema forma parte de la capacidad del profesor, padre/madre de contener y evaluar dicha conducta, y de qué manera éstos dos anteriores aspectos se retroalimentan.

Nuestras conductas vienen dadas por nuestras emociones, por lo que hay que entender, cómo se siente la persona que actúa de forma inadecuada, desde qué emoción actúa de esa manera.

Agresividad y trastorno disocial

Agresividad: La emoción de rabia es necesaria y sana en las circunstancias adecuadas, habitualmente, la agresividad generalizada esconde una rabia legítima y entendible, pero inconsciente y reprimida, es entonces cuando la rabia es un problema, porque al no estar resuelta necesita salir en cuanto encuentra la oportunidad en la circunstancia que el adolescente está viviendo. De este modo, aparentemente el adolescente siente rabia hacia aquello con lo que está siendo agresivo, por lo que sigue sin poder resolver aquello por lo que la siente realmente. Encontrar el origen real y legítimo de dicha rabia es el camino de la resolución de la agresividad, ya sea por comprensión, aceptación, asimilación o corrección.
Trastorno disocial y negativista desafiante: En muchos casos “ir en contra” de todo es una manera de diferenciarse, de ser distinto a los demás, a lo establecido, o a lo que se espera de uno mismo, por tanto puede esconder una carencia afectiva y/o de identidad. El autoconcepto (la opinión de uno mismo) se desarrolla a través de lo relacional, como en ocasiones la búsqueda de la propia identidad, por medio de la diferenciación con los demás. . Y como todo se evalúa por contraste y comparación, a menudo, y de forma inconsciente el adolescente puede llevar la contraria sólo para saber quién es, sintiéndose alguien distinto a quien tiene en frente.

Nuestras conductas vienen dadas por nuestras emociones, por lo que hay que entender, cómo se siente la persona que actúa de forma inadecuada.