Al hablar de problemas de Deseo Sexual normalmente nos referimos a la falta del mismo, ya que suele darse con mayor frecuencia que los de exceso de deseo.
Las personas que presentan un Bajo Deseo Sexual suelen mantener la capacidad de respuesta a nivel físico intacta pero muestran falta de apetencia de mantener relaciones sexuales. La falta de deseo no es un problema sexual en todos los casos, sólo se identifica como tal cuando afecta a la calidad de vida de la persona que la padece o a la de su pareja.
El bajo deseo sexual puede ser causado por problemas físicos, psicológicos, por algunas medicaciones y /o por factores educacionales.
Muchas veces las personas que acuden a consulta con problemas con su deseo lo viven como tal en relación al deseo de la pareja, es decir los miembros de la pareja no encuentran un equilibro en cuanto al nivel de deseo saludable. En estos casos que provocan dolor y tensión en la relación, se suele normalizar uno de los deseos como válido y el otro se patalogiza como demasiado bajo o demasiado alto. Para estos casos recomendamos trabajar el deseo no de forma individual sino en pareja.
Independientemente de la causa que la produzca, las personas suelen vivir esta situación con angustia, miedo y sentimiento de culpa cuando se tiene pareja, llegando a mantener relaciones sexuales por el “otro/a” y no porque se desee, lo que en la gran mayoría de los casos produce aún más sufrimiento.
Suele suceder el rechazo a un beso a un abrazo aún apeteciéndonos darlo o recibirlo, por entender que eso pretende ir más allá y puede ser la puerta de entrada a una relación sexual, lo cual es muy peligroso porque poco a poco va minando la afectividad en la pareja.
Muchas veces las personas que acuden a consulta con problemas con su deseo lo viven como tal en relación al deseo de la pareja, es decir los miembros de la pareja no encuentran un equilibro en cuanto al nivel de deseo saludable. En estos casos que provocan dolor y tensión en la relación, se suele normalizar uno de los deseos como válido y el otro se patalogiza como demasiado bajo o demasiado alto. Para estos casos recomendamos trabajar el deseo no de forma individual sino en pareja.
Independientemente de la causa que la produzca, las personas suelen vivir esta situación con angustia, miedo y sentimiento de culpa cuando se tiene pareja, llegando a mantener relaciones sexuales por el “otro/a” y no porque se desee, lo que en la gran mayoría de los casos produce aún más sufrimiento.
Suele suceder el rechazo a un beso a un abrazo aún apeteciéndonos darlo o recibirlo, por entender que eso pretende ir más allá y puede ser la puerta de entrada a una relación sexual, lo cual es muy peligroso porque poco a poco va minando la afectividad en la pareja.
La terapia sexual ha demostrado ser muy eficaz en la solución de los problemas de falta de deseo. Si estás interesada/o, puedes consultarnos y te aclararemos las dudas que puedas tener
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