Como su nombre indica, es la dificultad para alcanzar un orgasmo. El orgasmo es una parte de la sexualidad que se descubre, que se aprende a sentir.
La anorgasmia se da tanto en mujeres como en hombres, aunque no es difícil entender por qué en esta sociedad donde la sexualidad sigue siendo un tabú y donde la represión de la sexualidad sigue impactando mayormente en el colectivo de las mujeres, sean éstas quienes presentan con mucha mayor frecuencia trastornos relacionados con la dificultad de orgasmo.
Un ejemplo de los muchos que hay sobre lo que estamos tratando podría ser este: Cuántas veces habremos oído y seguimos oyendo «no te toques ahí, ¡marrana!», o frases similares.
Sin embargo, seguro que recordaremos algún episodio de algún niño pequeño que mientras se tocaba «aquello se hizo grande» y a todo el mundo le hizo gracia la cara de asombro/placer del niño mientras decía….»se ha hecho graaaande».
Dos episodios iguales con comportamientos y actitudes totalmente opuestas por parte de los adultos… reflexionemos sobre ello.
El orgasmo puede ser inhibido por multitud de causas aunque en un 95% o más de los casos se debe a factores psicológicos y educacionales. En todos ellos un elemento coincidente es el MIEDO derivado de la ansiedad producida por diversas ideas que nada tienen que ver con el disfrute de la sexualidad de forma sana.
Por ejemplo, la idea de no estar a la altura de lo que el compañero sexual espera de ella, miedo a no ser atractiva (falta de autoestima). Miedo a la pérdida del control, al placer y al abandono sexual, incluso a la existencia de principios morales o religiosos muy rígidos contrarios a la sexualidad.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la falta de información, el desconocimiento de la respuesta sexual y la creencia de diversos mitos sobre la sexualidad, por ejemplo:
Esto puede llevar en muchos casos a fantasear erróneamente acerca de las necesidades sexuales (tanto las propias como las del otro) a la hora de intentar conseguir el orgasmo, según modelos reflejados en las películas que nada tienen que ver con sus propias necesidades sexuales.
La falta de una relación afectiva puede ser también una causa de anorgasmia. Aunque haya atracción sexual, viven la relación sexual como “meramente sexual” y, por tanto como algo inadecuado o “sucio”.
Estas causas se pueden sumar unas a otras y, en definitiva, dificultar o impedir las condiciones necesarias y positivas para que una mujer pueda descubrir y experimentar el orgasmo en su cuerpo.
El orgasmo puede ser inhibido por multitud de causas aunque en un 95% o más de los casos se debe a factores psicológicos y educacionales. En todos ellos un elemento coincidente es el MIEDO derivado de la ansiedad producida por diversas ideas que nada tienen que ver con el disfrute de la sexualidad de forma sana.
Por ejemplo, la idea de no estar a la altura de lo que el compañero sexual espera de ella, miedo a no ser atractiva (falta de autoestima). Miedo a la pérdida del control, al placer y al abandono sexual, incluso a la existencia de principios morales o religiosos muy rígidos contrarios a la sexualidad.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la falta de información, el desconocimiento de la respuesta sexual y la creencia de diversos mitos sobre la sexualidad, por ejemplo:
Esto puede puede llevar en muchos casos a fantasear erróneamente acerca de las necesidades sexuales (tanto las propias como las del otro) a la hora de intentar conseguir el orgasmo según modelos reflejados en las películas que nada tienen que ver con sus propias necesidades sexuales.
La falta de una relación afectiva puede ser también una causa de anorgasmia. Aunque haya atracción sexual viven la relación sexual como “meramente sexual” y, por tanto como algo inadecuado o “sucio”.
Estas causas se pueden sumar unas a otras y, en definitiva, dificultar o impedir las condiciones necesarias y positivas para que una mujer pueda descubrir y experimentar el orgasmo en su cuerpo.
Por supuesto, existe tratamiento psicológico y sexológico eficaz para ayudar a descubrir el orgasmo como una experiencia erótica satisfactoria o para ayudar a recuperarla si existía y se ha bloqueado en el momento actual.
Por tanto, el tratamiento sexológico debe contemplar información sobre fisiología sexual de la respuesta sexual en la mujer.
Se analizará la historia personal y sexual de la mujer, ayudándole a comprender de qué manera los estereotipos de género han influido o dificultado el descubrimiento erótico de la experiencia orgásmica.
Todo esto se tendrá en cuenta y supondrá el punto de partida para la elaboración de un PROGRAMA ERÓTICO individualizado, consistente en la asignación de tareas, tanto para la mujer como para su realización en pareja en el caso de que existiera, encaminadas a facilitar el descubrimiento de aquellos aspectos que propicien la vivencia orgásmica femenina
Si sufres de Anorgasmia, no dudes en preguntarnos, una consulta a tiempo puede solucionar tu problema
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