¿Por qué algunos adolescentes recurren a la autolesión como una forma de lidiar con sus emociones?
La adolescencia es una etapa de la vida llena de desafíos y cambios físicos, sociales y cognitivos que pueden tener un impacto profundo en su bienestar emocional. Los jóvenes experimentan una transición desde la infancia hasta la adultez que, para muchos, es complicado lidiar con sus emociones, y en algunos casos, recurren a la autolesión como una forma de hacer frente a sus sentimientos.
Las autolesiones, como cortarse o quemarse, son conductas preocupantes que requieren una atención inmediata y cuidadosa.
Los psicólogos son profesionales capacitados que pueden proporcionar el apoyo emocional y las herramientas necesarias para que los adolescentes enfrenten sus problemas de una manera más saludable.
Las Autolesiones No Suicidas (ANS), a menudo abreviadas como ANS o simplemente “autolesiones”, son comportamientos que implican infligir daño físico deliberado a uno mismo sin la intención de quitarse la vida.
Aunque las ANS pueden ser difíciles de entender para quienes no las experimentan, es esencial profundizar en las causas y factores subyacentes para proporcionar el apoyo adecuado a los adolescentes que las practican.
Las causas más habituales que les llevan a este tipo de autolesiones son:
Es importante destacar que las ANS no son un intento de suicidio, aunque aún son un indicador de que el adolescente está lidiando con un dolor emocional significativo.
La comprensión de las causas detrás de las ANS es crucial para ofrecer el apoyo adecuado y ayudar a los adolescentes a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables.
Los psicólogos trabajan en colaboración con los adolescentes para abordar las causas y proporcionar herramientas efectivas para la gestión de emociones y el desarrollo de una salud mental positiva
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la salud mental de los jóvenes españoles. Las restricciones de distanciamiento social, la incertidumbre sobre el futuro y los desafíos asociados con la educación a distancia contribuyeron a un aumento en la ansiedad y la depresión entre los jóvenes.
Además, la soledad se convirtió en una preocupación creciente, ya que las interacciones sociales se vieron limitadas. Problemas de sueño, presión académica y acceso limitado a recursos de salud mental también desempeñaron un papel en el bienestar emocional de los jóvenes.
Es relevante destacar que los jóvenes pueden ser particularmente vulnerables a estos efectos debido a su etapa de desarrollo y adaptación constante a nuevas circunstancias. Los gobiernos, organizaciones y profesionales de la salud mental han trabajado para abordar estos desafíos, ofreciendo recursos en línea, servicios de telepsicología y programas de apoyo emocional.
En los últimos años, hemos sido testigos de una preocupante tendencia en la salud mental de los adolescentes en España. Las cifras son alarmantes y nos instan a una reflexión profunda sobre cómo apoyar mejor a nuestros adolescentes en tiempos de desafío. Las estadísticas revelan un aumento significativo en los trastornos de salud mental entre este grupo vulnerable:
La presencia omnipresente de las redes sociales en la vida de los adolescentes ha dado lugar a un nuevo conjunto de desafíos y preocupaciones para los profesionales de la psicología adolescente.
Una de las áreas más inquietantes y complejas de estudio en este contexto es la relación entre las redes sociales y las autolesiones. Si bien es cierto que las redes sociales ofrecen a los adolescentes un espacio para la expresión y la conexión, también plantean serios riesgos para la salud mental y el bienestar de esta población vulnerable.
Las redes pueden exponer a los adolescentes a contenido dañino relacionado con las autolesiones, como imágenes o relatos gráficos de autolesiones. Esto puede normalizar y desensibilizar a los jóvenes ante tales comportamientos, aumentando la posibilidad de que consideren las autolesiones como una forma de enfrentar sus propias luchas emocionales.
Además, el fenómeno conocido como “contagio de autolesiones” puede llevar a que los adolescentes se influyan mutuamente para participar en estos comportamientos después de haberlos visto en línea.
Las redes sociales fomentan la comparación y la competencia entre los adolescentes. La visualización de las vidas aparentemente perfectas de otros puede generar sentimientos de insuficiencia y baja autoestima. Los adolescentes pueden sentir la presión de mostrar una imagen idealizada de sí mismos en línea, lo que puede aumentar el estrés y la ansiedad.
El ciberacoso es otro factor que puede contribuir a las autolesiones entre los adolescentes. El acoso en línea puede ser implacable y devastador, llevando a sentimientos de soledad, desesperanza y desamparo.
Por otro lado, algunas comunidades en línea que se forman alrededor de las autolesiones pueden proporcionar una sensación de pertenencia y comprensión para los adolescentes que se sienten alienados o incomprendidos en la vida real. Esto puede llevar a una mayor participación en las autolesiones como una forma de buscar validación y apoyo de pares que están pasando por experiencias similares.
La prevención de las autolesiones en el contexto de las redes sociales requiere una estrategia integral. Las familias, educadores y profesionales de la salud mental debemos educar a los adolescentes sobre los riesgos de las redes sociales y promover un uso saludable de la tecnología.
Los métodos más comunes que los adolescentes utilizan para autolesionarse, varían en su gravedad y naturaleza, pero todos comparten la característica de ser una forma de liberar emociones o aliviar el dolor emocional temporalmente. Aquí describimos algunos de los métodos más comunes:
Esta es una de las formas más comunes de autolesión. Los adolescentes pueden utilizar cuchillas, navajas de afeitar u objetos afilados para hacer cortes en la piel, generalmente en áreas que son fáciles de ocultar, como los brazos o las piernas. Los cortes pueden variar en profundidad y pueden causar sangrado.
Los adolescentes a menudo recurren a esta forma de autolesión como una manera de liberar emociones o sentir una sensación de control sobre su propio cuerpo.
Algunos adolescentes utilizan objetos calientes como cigarrillos, cerillas o encendedores para quemar su piel. Esto puede causar daño físico y dejar cicatrices permanentes. Las quemaduras pueden proporcionar una distracción temporal del dolor emocional.
Algunos adolescentes golpean su propio cuerpo con los puños o con objetos contundentes, como puertas o paredes. Esta acción puede resultar en moretones, hematomas o lesiones físicas. Golpearse puede ser una forma de liberar tensiones emocionales.
La tricotilomanía es un trastorno en el cual una persona siente la compulsión de arrancarse el pelo, generalmente del cuero cabelludo, las cejas o las pestañas. Aunque no todos los casos de tricotilomanía son autolesiones deliberadas, esta conducta puede ser una manifestación de la angustia emocional.
Algunos adolescentes se rascan intensamente la piel, lo que puede resultar en heridas y abrasiones. El acto de rascarse puede ser una forma de expresar su angustia emocional y buscar alivio a través del dolor físico.
Es importante destacar que las autolesiones son un comportamiento de afrontamiento negativo y no una solución efectiva para abordar problemas emocionales.
Si conoces a un adolescente que se autolesiona o tienes preocupaciones al respecto, es esencial buscar ayuda profesional. Los psicólogos y otros profesionales de la salud mental pueden trabajar con ellos para identificar las causas subyacentes de su angustia emocional y proporcionar estrategias de afrontamiento saludables y alternativas para manejar sus emociones de manera segura. Además, es fundamental brindarles apoyo emocional y estar dispuestos a escuchar sin juzgar.
Los adolescentes pueden recurrir a la autolesión por una variedad de razones complejas y multifacéticas, y los factores de riesgo asociados a este comportamiento pueden variar de un individuo a otro. Aquí se describen algunos de los factores de riesgo más comunes que pueden contribuir a la autolesión en adolescentes:
Estrategia de afrontamiento ineficaz: la autolesión puede ser vista por algunos adolescentes como una estrategia de afrontamiento para manejar emociones abrumadoras o situaciones estresantes. A corto plazo, puede proporcionar un alivio momentáneo del dolor emocional, pero a largo plazo, es una estrategia ineficaz y peligrosa.
Es importante recordar que los adolescentes que se autolesionan necesitan apoyo, comprensión y tratamiento adecuado. Los profesionales de la salud mental podemos ayudar a abordar las causas subyacentes de la autolesión y proporcionar estrategias de afrontamiento. El apoyo de amigos y familiares también es fundamental para ayudar a los adolescentes a superar esta difícil etapa de sus vidas.
La autolesión digital es un problema que ha surgido con el aumento del uso de dispositivos electrónicos y redes sociales en la sociedad moderna. También se le conoce como “self-harm online” o “self-injury online”.
Esta forma de autolesión implica el uso de herramientas digitales y plataformas en línea para infligirse daño emocional o físico. La autolesión digital puede manifestarse de varias maneras, y una de las más comunes es a través de la publicación de contenido perturbador en las redes sociales. Esto puede incluir imágenes o mensajes que reflejan autolesiones físicas o que expresan angustia emocional de manera gráfica. Los adolescentes a veces recurren a esta forma de autolesión en un intento de buscar atención, comprensión o apoyo en línea. El acceso a plataformas de redes sociales y la exposición a contenido dañino en línea pueden aumentar la probabilidad de que los adolescentes se involucren en la autolesión digital.
La autolesión digital presenta riesgos significativos, tanto para el individuo que se autolesiona como para quienes lo rodean. Puede contribuir a la propagación de comportamientos autodestructivos y normalizar la autolesión entre los jóvenes. Además, puede desencadenar preocupaciones genuinas de amigos y familiares que no siempre saben cómo responder.
Es esencial que los adultos, incluidos las familias y educadores, estén atentos a las señales de autolesión digital. Si se sospecha que un adolescente está involucrado en este comportamiento, es importante abordar la situación con empatía y buscar apoyo profesional.
Los adolescentes deben comprender los riesgos asociados con este comportamiento y tener acceso a recursos de apoyo en caso de que lo necesiten.
Apoyar a un adolescente que se autolesiona puede ser un desafío, pero es fundamental para su bienestar emocional y físico.
Comienza por escuchar al adolescente de manera activa y comprensiva. Anímales a hablar sobre sus sentimientos y experiencias sin juzgar ni criticar. A veces, simplemente tener un espacio seguro para expresar lo que sienten puede ser un gran alivio.
Evita culpar o regañar al adolescente por su comportamiento de autolesión. En lugar de eso, trata de comprender que la autolesión es una forma de afrontar su angustia emocional, y tu objetivo principal debe ser ayudarles a encontrar formas más saludables de lidiar con sus emociones.
Ofrece apoyo emocional constante. Hazles saber que estás ahí para ellos, incluso cuando las cosas sean difíciles. La autolesión puede ser un síntoma de un dolor emocional profundo, y saber que tienen a alguien en quien confiar puede ser reconfortante.
Respeta la privacidad del adolescente, pero asegúrate de que sepan que estás disponible cuando deseen hablar. No insistas en que compartan detalles si no se sienten cómodos haciéndolo.
Buscar la ayuda de un profesional de la salud mental es crucial. Un terapeuta, consejero o psicólogo especializado en salud mental adolescente puede ayudar al adolescente a comprender y abordar las causas subyacentes de la autolesión.
Las terapias están diseñadas para ayudar a los adolescentes a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables y a mejorar su bienestar emocional.
Involucrar a la familia en el proceso de apoyo puede ser beneficioso. Los familiares y cuidadores pueden aprender a comprender mejor las necesidades del adolescente y proporcionar un entorno de apoyo en el hogar.
Recuerda que apoyar a un adolescente con autolesiones puede llevar tiempo y esfuerzo. No siempre habrá una solución rápida, pero la paciencia y la persistencia son clave. La autolesión es un síntoma de angustia emocional, y el objetivo principal debe ser abordar esa angustia de manera efectiva.
Con el apoyo adecuado y el tratamiento profesional, muchos adolescentes pueden aprender a manejar sus emociones de una manera más saludable y dejar de autolesionarse.
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